Tratamientos
La crioterapia y la electrocoagulación son dos tipos de terapias físicas que nos permiten tratar, entre otras patologías, las queratosis actínicas y los carcinomas superficiales (enfermedad de Bowen y carcinoma basocelular superficial). Se basan en la destrucción por medios físicos de las células tumorales. A diferencia de los tratamientos tópicos, la crioterapia y la electocoagulación son ciegos, es decir, no son selectivos para las células tumorales y por lo tanto también destruyen las células sanas de la zona a tratar.
Consiste en la aplicación de nitrógeno líquido local (en espray) encima de la lesión precancerosa o cancerosa con el objetivo de congelarla y destruirla. Además, también tiene propiedades analgésicas, anestésicas y antiinflamatorias. El nitrógeno líquido tiene una temperatura de -195º, y con el contacto con la piel crea un gradiente de temperatura y produce lesiones en las células y cambios en los vasos.
La crioterapia se realiza en la consulta del dermatólogo y suele durar menos de un minuto. Normalmente se realizan 2 o 3 ciclos de congelación-descongelación de pocos segundos de duración. Inmediatamente después del tratamiento el área tratada adquiere una coloración roja y posteriormente pueden formarse ampollas y erosiones. Finalmente se forma una pequeña costra que suele caerse entre 2 y 4 semanas. Para evitar la infección, se recomiendan curas antisépticas domiciliarias durante los siguientes días, normalmente con agua y jabón, povidona iodada o alcohol. No es necesario cubrir la zona con un apósito excepto si existe roce con la ropa.
Existe una variante de la crioterapia llamada criocirugía. Consiste en la aplicación continuada de nitrógeno líquido durante 30 segundos (2 ciclos) con el fin de destruir la lesión. Es útil para el tratamiento de carcinomas de pequeño tamaño y también en pacientes que rechazan la cirugía convencional, ancianos, portadores de marcapasos o afectos de trastornos de la coagulación. Además, es una buena opción como tratamiento paliativo. A diferencia de la crioterapia, la criocirugía precisa de anestesia previa.
Consiste en la destrucción de la lesión precancerosa o cancerosa mediante la aplicación de una corriente eléctrica de alta intensidad que destruye y coagula el tejido a través del calor. Normalmente se realiza un curetaje o legrado previo, es decir, un raspado del tumor, y puede ser necesario repetir el procedimiento varias veces. Se forma inmediatamente una costra que precisará curas antisépticas hasta su desprendimiento. Tanto las indicaciones de esta técnica como sus ventajas e inconvenientes son parecidos a los de la crioterapia, con la diferencia de que la electrocoagulación suele precisar anestesia local previa y los resultados estéticos son peores, especialmente en tronco y extremidades (formación de cicatrices).